Escrito por Lorena E. Vargas Chavarría
El uso dadaísta del elemento de azar “guió fuertemente la evolución de los happenings como una forma de arte. Los happenings se inspiraron en las actuaciones de futuristas que representaban obras de vanguardia y leían sus manifiestos y poesía en el escenario. La tendencia futurista de romper la llamada cuarta pared y provocar la participación del público, se convirtió en una idea central en el happening: la ausencia de límites entre el espectador y la obra de arte (DiTolla, S/A).
El nombre happening fue utilizado por primera vez por el artista estadounidense Allan Kaprow en el título de su obra de 1959 18 Happenings in 6 Parts, que se llevó acabo durante seis días, del 4 al 10 de octubre de 1959 en la Reuben Gallery, Nueva York. (Tate, S/A). La participación del público en Happenings incorporó el aspecto del azar, “ya que cualquier cosa podría suceder en cualquier momento y cada actuación sería completamente única de la anterior.” (DiTolla, S/A). Esta es la diferencia fundamental entre los Happenings y otras artes escénicas, que enfocan más en lo teatral y repetible. “Los happenings podrían ser promulgados en cualquier parte; a veces se organizaban en galerías, pero se representaban con la misma frecuencia en un teatro, en la calle, en una granja o, incluso, en un caso, en una cueva.” (DiTolla, S/A).
Los happenings involucraron más que la observación desapegada del espectador; el artista de Happenings requirió que el espectador participara activamente en cada pieza. No hubo un estilo definido o consistente para Happenings ya que, como se mencionó anteriormente, variaron en tamaño y complejidad. Sin embargo, todos los artistas que protagonizaron Happenings operaron con la creencia de que “el arte podía introducirse en el ámbito de la vida cotidiana” (DiTolla, s.f).
Las mujeres de Happening
El movimiento artístico happening no fue solamente dominado por los hombres, sino que existieron mujeres artistas que en las muchas obras de arte que realizaron también se dedicaron a realizar e impulsar el arte del happening, como lo son Marta Minujín, Yoko Ono, Carolee Schneemann y Yayoi Kusama.
Marta Minujín, conocida por su frase "todo es arte", manifestaba lo social en su obra como preocupación socio-contextual que presentaba distintos matices: el humor, la crítica y la exaltación. En 1963, con Jean-Jacques Lebel, organizó el happening "El Gallo", en la Galería Raymond Cordier. A su llegada a la Argentina, fue una de las pioneras en la representación de happenings en ese país junto a miembros del mítico Instituto Di Tella de Artes. (Wenger, 2015)
En 1964 fue invitada al Premio Nacional Di Tella, donde expuso "Eróticos en technicolor" y "Revuélquese y viva". En la segunda obra los espectadores debían ingresar en una tienda de tela, goma pluma y madera, repleta de colchones multicolores, para echarse en la cama y dar vueltas para cumplir con el propósito. En 1964 también realizó el happening "Cabalgata" frente a las cámaras de Canal 7, convirtiendo a la transmisión en algo inédito hasta ese momento. En la acción, unos caballos que tenían atados a sus colas recipientes con pintura, coloreaban algunos colchones; un grupo de atletas, al mismo tiempo, reventaban globos y dos músicos de rock eran envueltos con cinta adhesiva. Poco después, en el Estadio del Cerro, en Montevideo, presentó Sucesos, un performance con quinientos pollos, mujeres gordas, atletas, bailarinas, motociclistas y algunas otras cosas. (Wnger, 2015)
Otra de las pioneras del Happening fue Yoko Ono. Durante los años sesenta, Ono gravitó hacia los círculos de artistas que participan en "happenings" y celebró eventos en su propio loft en 112 Chambers Street en la ciudad de Nueva York.. Ono se convirtió en el conservador informal de la escena artística del centro de la ciudad en este espacio, y era conocida como una potencia única. Nombrada la "Alta Sacerdotisa del Happening", Ono fue considerada un pararrayos de la cultura, siempre a la vanguardia de las tendencias emergentes en el arte visual y el rendimiento. Una de las frases más celebres de la artista dice: "Siempre creí que mi trabajo debería estar inacabado en el sentido de que animo a las personas a que agreguen su creatividad, ya sea conceptual o físicamente". (The art story, s.f) En su obra Cut Piece, realizada en 1964, Yoko Ono se sentaba mientras los espectadores podían tomar unas tijeras y desgarrar su ropa. Este happening fue llamado pornográfico por unos y feminista por otros. (Rothman, 2015)
Los happenings nunca compartieron una causa o estilo común. A pesar de las similitudes estéticas y estructurales ocasionales, su impulso varió desde el teatro de guerrillas de motivación política del artista francés Jean-Jacques Lebel hasta el vodevil expandido de Red Grooms. Sin embargo, está claro que todos compartían el deseo de operar en la tan discutida brecha entre el arte y la vida. (Wainwright, 2018)
Los happenings perdieron vigencia a fines de la década de 1960, dando paso a categorías específicas, como el arte corporal y ya principios de la década de 1970, al arte del performance.
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